lunes, 15 de octubre de 2018







PUEBLOS Y LENGUAS INDÍGENAS DE CUZCATLAN


II PARTE
Parece que la porción que del territorio salvadoreño ocupó el imperio de los Mayas, es en la que hoy se encuentran los Departamentos de Chalatenango, Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión, es decir, hasta las riberas septentrionales y orientales del Lampa, porque en esos lugares se tenía por idioma el maya quiche o dialectos derivados de éste, como se deduce de los nombres que en ese idioma tienen algunos pueblos y cerros, y por los restos de
los antiguos dialectos que aún quedan en pueblos muy remotos.

El ilustrado americanista alemán Dr. Lemman, que hace pocos meses recorrió aquellos lugares, encontró en todos ellos magníficos vasos de loza con jeroglíficos puramente mayas. El Departamento de Chalatenango es la parte de
El Salvador más próxima a la que fué gran ciudad de Copan, pues las ruinas de ésta se hallan casi al mismo meridiano de San Salvador y distan en línea recta de dicha capital como 30 leguas, siendo, por lo mismo, probable que esa haya sido la parte primeramente ocupada por los mayas, y que de allí se extendieron hacia el S. E sin atravesar el río Lempa. Este mismo Departamento de Chalatenango parece que después fué ocupado por los Pipiles, y que éstos se extendieron a los otros cuatro Departamentos orientales, según se deduce de los nombres Nahoas de algunos pueblos.

Los Nahoas o Nahuales que se extendieron, como dejamos dicho, por la costa S. de Centro América, quedaron aislados de México, porque los Quichés les cortaron en Guatemala la corriente de inmigración; y desde entonces quedaron establecidos de Escuintla para el S., tomando el nombre de Pipiles, que quiere decir muchachos, porque hablaban muy mal el náhuatl, siendo ellos los que fundaron los reinos o señoríos de los ízateos, Guscatlán y otros varios.

De la tabla que de los curatos del Reyno de Guatemala se halla en el Tomo I de la obra de Historia del Padre Juarros, tabla que fué formada en la visita que el arzobispo Cortés y Larras hizo al Salvador a fines del siglo antepasado, se viene en conocimiento de idiomas maternos de aquel país, y de ellas se puede deducir, aunque sea aproximadamente, la parte de El Salvador que ocuparon los pipiles y las otras razas que poblaron los demás lugares de su territorio.

El nahualt o nahuat y el pipil se diferencian entre sí, pero teniendo su origen en el Mejicano, deben considerarse como dialectos de éste. La diferencia es poca, pues los que hablan estas lenguas se entienden con facilidad.

Según esa tabla de Juarros, se habló el Pipil en las poblaciones siguientes: Aculhuaca, Ai/utuxtepeque, Guscatancingo, Mejicanos, Paleca, Nejapa, San Jacinto, Olocuilta, Tonacatepeque, Texacuangos, Cojutepeque, San Pedro Masahuat, Santiago y San Juan Nonualco, Sonsonate, lzalco. Apaneca, Caluco, Guaimoco, hoy Armenia, Ateos, Santa Ana, (antes Sihuatehuacan), Ahuachapán y Texistepeque; el Pupuluca en Yayantigue; el Pocomán en Chalchuapa y el Chorti en Tepitia.

De lo que se deduce que el Pipil se habló en el territorio que hoy ocupan los departamentos de Santa Ana, Ahuachapán, La Libertad, San Salvador, Cuscatlán, La Paz, San Vicente y Cabañas.

El Pupuluca, el Potón y el Teulepa-ulua en los de Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión, y el Chorti en Chalatenango.

Procedentes de territorio mejicano, dice el señor Milla, eran otros inmigrantes llamados Chorotegas o Cholutecas que fueron a establecerse a Centro-América,
antes de las otras razas de que hemos hablado, los cuales se extendieron por las costas del mar del S. hasta los confines de las actuales Repúblicas de Honduras y Nicaragua, donde fundaron la población de Choluteca; y el Dr. Reyes dice que según las crónicas a la venida de los españoles Chaparrastique estaba poblado por la tribu inculta de los Chontales; por lo que es de creerse que también se haya hablado en la parte oriental del Salvador el idioma de estos inmigrantes.


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