PUEBLOS Y LENGUAS INDÍGENAS DE CUZCATLAN
II PARTE
Parece
que la porción que del territorio salvadoreño ocupó el imperio de los Mayas,
es en la que hoy se encuentran los Departamentos de Chalatenango, Usulután,
San Miguel, Morazán y La Unión, es decir, hasta las riberas septentrionales y
orientales del Lampa, porque en esos lugares se tenía por idioma el maya
quiche o dialectos derivados de éste, como se deduce de los nombres que en
ese idioma tienen algunos pueblos y cerros, y por los restos de
los
antiguos dialectos que aún quedan en pueblos muy remotos.
El
ilustrado americanista alemán Dr. Lemman, que hace pocos meses recorrió
aquellos lugares, encontró en todos ellos magníficos vasos de loza con
jeroglíficos puramente mayas. El Departamento de Chalatenango es la
parte de
El
Salvador más próxima a la que fué gran ciudad de Copan, pues las ruinas de ésta
se hallan casi al mismo meridiano de San Salvador y distan en línea recta de
dicha capital como 30 leguas, siendo, por lo mismo, probable que esa haya sido
la parte primeramente ocupada por los mayas, y que de allí se
extendieron hacia el S. E sin atravesar el río Lempa. Este mismo
Departamento de Chalatenango parece que después fué ocupado por los Pipiles,
y que éstos se extendieron a los otros cuatro Departamentos orientales,
según se deduce de los nombres Nahoas de algunos pueblos.
Los
Nahoas o Nahuales que se extendieron, como dejamos dicho, por la
costa S. de Centro América, quedaron aislados de México, porque los Quichés
les cortaron en Guatemala la corriente de inmigración; y desde entonces
quedaron establecidos de Escuintla para el S., tomando el nombre de Pipiles,
que quiere decir muchachos, porque hablaban muy mal el náhuatl, siendo ellos
los que fundaron los reinos o señoríos de los ízateos, Guscatlán y otros
varios.
De
la tabla que de los curatos del Reyno de Guatemala se halla en el Tomo I de la
obra de Historia del Padre Juarros, tabla que fué formada en la visita que el
arzobispo Cortés y Larras hizo al Salvador a fines del siglo antepasado, se
viene en conocimiento de idiomas maternos de aquel país, y de ellas se puede
deducir, aunque sea aproximadamente, la parte de El Salvador que ocuparon los pipiles
y las otras razas que poblaron los demás lugares de su territorio.
El
nahualt o nahuat y el pipil se diferencian entre sí, pero
teniendo su origen en el Mejicano, deben considerarse como dialectos de éste.
La diferencia es poca, pues los que hablan estas lenguas se entienden con
facilidad.
Según
esa tabla de Juarros, se habló el Pipil en las poblaciones siguientes: Aculhuaca,
Ai/utuxtepeque, Guscatancingo, Mejicanos, Paleca, Nejapa, San
Jacinto, Olocuilta, Tonacatepeque, Texacuangos, Cojutepeque, San Pedro Masahuat,
Santiago y San Juan Nonualco, Sonsonate, lzalco. Apaneca, Caluco,
Guaimoco, hoy Armenia, Ateos, Santa Ana, (antes Sihuatehuacan),
Ahuachapán y Texistepeque; el Pupuluca en Yayantigue; el Pocomán
en Chalchuapa y el Chorti en Tepitia.
De
lo que se deduce que el Pipil se habló en el territorio que hoy ocupan
los departamentos de Santa Ana, Ahuachapán, La Libertad, San Salvador, Cuscatlán,
La Paz, San Vicente y Cabañas.
El
Pupuluca, el Potón y el Teulepa-ulua en los de Usulután,
San Miguel, Morazán y La Unión, y el Chorti en Chalatenango.
Procedentes
de territorio mejicano, dice el señor Milla, eran otros inmigrantes llamados Chorotegas
o Cholutecas que fueron a establecerse a Centro-América,
antes
de las otras razas de que hemos hablado, los cuales se extendieron por las
costas del mar del S. hasta los confines de las actuales Repúblicas de Honduras
y Nicaragua, donde fundaron la población de Choluteca; y el Dr. Reyes dice que
según las crónicas a la venida de los españoles Chaparrastique estaba
poblado por la tribu inculta de los Chontales; por lo que es de creerse
que también se haya hablado en la parte oriental del Salvador el idioma de
estos inmigrantes.
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